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Despego mis carnes del lecho que me condena al suave sueño,
le comento a mis letras aquello que lo onírico me cantó...
espero, solo por un rato, a que mis ojos se acostumbren a los rayos del rey.
Rezo a mis santos
y me descuido por un rato, pensando de esta forma mantener su protección.
Me transformo, por un instante, en el mas horrendo carroñero
y bebo del néctar industrial que sacia mi sed mientras esas minúsculas pastillas me marean de nuevo. Vuelvo a mi lecho, a recuperarme de la somnolencia.
Y sigo, una vez mas, hilando el frenético destino que me acorrala a no tenerla.
Duermo, muero lento, despierto, me sacudo y muero de nuevo...

4 suspiros:

Emily dijo...

Bellas palabras, escribes bien. Eres joven, pero parece que tu alma sea muy vieja, de esas que cambian de cuerpo y viven eternamente.

metafora zero dijo...

Incansables muertes una y otra vez
sepulcros felices que no se visitan
los absurdos sin destinos
que se encarnan desde el sueño¡¡

On avant¡¡

Luvitta dijo...

entre sueños de penumbras nos encontramos los acogidos, recorriendo el mundo de arpias que nos cazan y hacen añicos.

pero que entre tanto lecho de muerte nos acoge la dama de noche, con su luz azulada dándonos la esperanza deseada...

bellos escritos los que vine a encontrar, que siga asi su mano que escirbe lo que le dicta el alma, pronto vendre nuevamente con ansias de leerle

ashe dijo...

quedo muy bueno completo :)
nunca que volviste.. igual me voy a acostar, hoy me toco levantarme a las 7 :(
espero que no tengan que censurarte nada del que me pasaste hoy :O
me encantaaa, quedo MUY BUENO!
besotes joz
nus vemos

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