con el control de mis desvelos
a su completo favor
–sueños rendidos tazas rotas que jamás se bebieron
inundaciones espontaneas tormenta que amenaza
el meridiano de respuestas detenidas en la sombra–
ella aprovecha el tenerme entre sus espadas
y relojes/calendarios sin el mes de abril
(de nuevo)
ella
reina de mi muerte en silencio
olor a paz en sentencia no dicha
jugamos con
la subjetividad de todas horas cada quien cuida
de las palabras del otro
–mejor no seguir hablando de
ciertas cosas–
canibal de mi parte más dulce
de la más desesperada
de mi poesía
es o será quién sabe
el huracán que me urge
la escapatoría más sutil
no quiere verme rendido a sus placeres
ni altivo
ni humano/robot/juez/anarquista/hombre
no quiere verme esperando de ella
–no esperando nada pero esperando–
no responde jamás ni las cartas ni a gritos de ayuda
–quiero tu piel quiero tus letras
los gestos de afirmación con las cejas al cielo
las explosiones de palabras al hablar de aquel amor
las verdades y confesiones
(que nada tienen de invierno)
pero que hablan de té de mirar la lluvia de chocolate de teatro
de cuatro de la mañana hablando de música
de citas que no se concretan
de vueltas y vueltas
y finales no
explícitos–
[...]
2 suspiros:
Bueno, ya encontré otro lugar donde pasar mis ratos leyendo
José adoro tu poesía.
¿Para qué decir mas?
Besos!
Publicar un comentario