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        I

desperdigado entre redondas y claves de sol
    como con el pecho recién sembrado
      húmedo
    pero húmedo de tus risas que son de agua
        de tus risas que esquivan mi boca
   
     doliente de mi centímetro más frágil
  ante todo el calor que nos supo rodear
    –tus manos también calientes–
       doliente    pero    sutil

    mientras te ibas quise correr a vos
        llevarte a esas galaxias que te inventé
    con todas las espadas que hagan falta
        para ganarte las luchas


        II

y ahora
    con la poesía difusa
    –con versos que te gustan
    pero
    no yo
    mis versos
    aclaraste–
    y ahora
    que me detengo a escribirte
   –exclusiva y pasionalmente a escribirte–
que son mi saliva y la tuya
     estas letras
    son almíbar que repeles y salís airosa
y que estoy más descocido
y feliz –inmediatamente como tanta urgencia–
    ahora
        con la piel llena de tu perfume
        tres no cuatro no cinco abrazos
            más los que soñé
    ahora que me siento a escribirte
        un poema sordo
        sin voz
        sin vos
    ahora
        recién
            lamento
                tu fatal huida

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