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a Florencia

cuando no estoy acertado
y dejo de entender de mí
salgo a buscarte por donde la noche tiembla

auguro la incandescencia de tus pasos
    –no sé de ellos
               más que lo que cuentan las leyendas–
    y me rindo a la eternal aurora
    que sofoca la distancia

hablame de un punto de encuentro
    una cita en un planisferio nuevo
    un sueño –de viernes estrellado–
        dame de bailar tu pelo
                   tus sonrisas
                     ausencia

    quien soy en esta historia
    se encuentra ajado y confuso
       ha de haber encontrado la respuesta
       en la espalda que penetran tus manos
        y a hecho nido ahí
          para siempre

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