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VIII



existe una vieja historia
de adolescentes caníbales
que como peces en celo se devoraban los ojos

esta noche que es de trinos y almizcle
                /de luna cubierta y madurez

esta noche que nos pone de un humor insuperable
esta noche que no te extraño tanto
  /como para terminar un poemario sin fin
esta noche «había una vez...»




IX



«[...] en una vieja ciudad
              con olor a herrumbre y ocaso
  hubieron dos que se amaron sin saberlo

en una era donde estaba prohibido mirarse las  manos
hablar del silencio sin pedirse permiso
ellos                            los eternos              empezaron a  corromperse

              – te amo porque sos mi rincón más urgente
                            mi refugio lúdico
              porque tenes mis palabras envueltas en papeles de colores
dispuestos en orden de fecha de aparición en mi boca
              te amo por meticuloso y libre

              – en cambio, yo te amo por que estás
                             sujeta al pasado
porque podes enseñarme cómo caminar de nuevo
                                          (por si lo olvido)
  te amo porque me abrazaste cuando necesitaba
               y porque sos tan frágil
                            como yo cuando me ausento de mí

y después de él decir estas palabras
  ella miró al infinito sobre su hombro derecho y dijo

              – es increíble cómo lo amo aún

y el viento dejó de moverlos
y la gravedad los aplastó en ese instante tan eterno
y el agua ya no se oía
y no había más olor ni a sal ni a paz
él               resignado a su lugar de espectador/amante
se arrancó los ojos que ya no quería
                            que no eran sino para verla
  y se los puso en la boca                             le besó la frente
                            y la protegió de la noche
                                                        una vez más»

 

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